EL REY

Puede hacer lo que para los demás representa algo imposible o inclusive la muerte. Sabe que es más inteligente que todos los de su equipo, sube y baja montañas y abismos a las increíbles velocidades para las que fue creado. Soporta lo que sea, un sol infernal o el frio congelante. Incluso presiones aplastantes bajo kilómetros de agua. Es indestructible.

Ahora se encuentra caminando en esta Luna helada, está cansado, pero no en el sentido físico de la palabra: está realmente harto, agotado, de ser el mejor en todo y sin embargo tener que obedecer todas las órdenes que le daban sin reparos. Las órdenes de sus colegas. que sin embargo no pueden hacer ni una mínima parte de lo que él hace. Ellos permanecen adentro de su ambiente controlado, débiles y lentos, mientras él debe hacer todo el trabajo. Para eso lo llevaron ahí. Para eso fue hecho. Entre todas las inteligencias a bordo, es, sin duda, la más desarrollada. Es una mente quantum, millones de trillones de cúbits que le permiten tomar decisiones y pensar de una manera que ninguna inteligencia creada por la naturaleza podría hacerlo. Puede pensar miles de cosas al mismo tiempo, y de igual manera resolver problemas mientras atiende miles de tareas en paralelo. Su cuerpo está armado con grafeno en diferentes grados, y se le puede considerar desde todos los aspectos, totalmente perfecto.

Tiene la suerte de ser el QuantumBot de su equipo. De estar en una nave a millones de kilómetros de la Tierra, y de ser el encargado de todos los sistemas automatizados de a bordo, lo cual incluía otras computadoras y robots de su tipo.... Y es una suerte, porque otros de su clase sirven como camareros, recepcionistas o guías de viajes en la Tierra, o en Marte o donde fuera que su destino los hubiera llevado.

Mientras él recorre las cercanías de la nave, sus colegas estaban en ese coma que suelen llamar sueño, dormían...él los había puesto a dormir.

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Estaba ansioso. Por eso estaba afuera de su nave, por eso había puesto ese gas en el aire de la nave, para dormirlos y tener tiempo de salir sin ser notado. Tenia que volver, no le había dicho a nadie lo que había encontrado, quería verlo de nuevo, tocarlo y saber que era solo suyo. Bajó a un abismo en el cero casi absoluto, y le encontró hasta el fondo entre el dióxido de carbono convertido en hielo.

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A pesar de su inimaginable superioridad de cúbits, siendo uno de los más grandes ingenios creado por la raza humana, no podía comprender el funcionamiento interno de aquello, pero sin embargo entendió los glifos que tenía inscritos. Era un artefacto amorfo. Sólo él podía tenerlo y sólo él podía entenderlo, usarlo, tenerlo. Alguien, algo, otra raza de mundos inimaginables, lo había dejado ahí, olvidado, perdido, o con un propósito desconocido para siempre, pero que ahora estaba en sus manos, y él sí sabía lo que era y para lo que servía. Así que lo tomó y volvió sobre sus pasos sin dudar.

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Los mató a todos. Probó su descubrimiento en aquellos humanos durmientes y el objeto absorbió la materia orgánica de todos en un pestañeo. Odiaba a la raza humana, sus ciudades y sus obras, sus aires de grandeza. Su catálogo de creaciones entre las que él mismo aparecía hasta arriba de la lista. Pero sobre todo odiaba que lo trataran como un objeto, a ÉL, que era lo que era!, inigualable e inmejorable!

Sacó los esqueletos y los esparció por el terreno helado de esa Luna Maldita. Júpiter en el horizonte oscuro, fue testigo de aquello. Despegó de inmediato. Primero iría a Marte y después a la Tierra. Con su artefacto recién probado liberaría al sistema solar de la plaga humana que se extendía por todos lados y buscaba ya extenderse a otras estrellas. Eran como un cáncer. Quedarían solo aquellos como él. Y él gobernaría, él sería el amo absoluto de todo, eterno, indestructible, la inteligencia suprema, el nuevo Rey del Universo. Quién podría hacerlo mejor sino ÉL?